Sánchez borra la condena a ETA del ideario del PSOE tras convertir a Bildu en socio preferente
Pedro Sánchez ha ido moldeando al Partido Socialista según su conveniencia en sus años como secretario general. Y la urgencia de contar con Bildu como socio preferente para sostener la legislatura ha tenido también sus consecuencias en el proyecto político. La última ponencia nacida del 40º Congreso Federal -que el PSOE celebró recientemente en Valencia- suprime las alusiones al terrorismo de ETA que sí figuraban en el documento anterior, aprobado en 2017, cuando Sánchez tomó de nuevo las riendas del liderazgo socialista tras vencer en las primarias a Susana Díaz.
En su discurso de clausura en el Congreso, Sánchez sí hizo alusión a la violencia etarra. El socialista aprovechó para reivindicar como un logro de un Gobierno socialista el fin de la banda terrorista ETA y arremetió contra la derecha, afirmando que «se degrada» cada vez que utiliza el dolor causado por el terrorismo contra el Gobierno. «Acabamos con el terrorismo, guardamos a las víctimas en nuestra memoria, las honramos para siempre y nos alegramos infinitamente de que la sociedad vasca y española viva por fin en paz y libertad», aplaudió finalmente.
Unas referencias de las que, sin embargo, prescinde el documento político que guiará la acción del socialismo de cara a los próximos años. Ni hay mención a ETA ni tampoco medidas para reivindicar la memoria de sus víctimas.
Las resoluciones de 2017 sí recogían una condena expresa a la violencia de la banda. En concreto, los socialistas exponían entonces su «compromiso por una paz con memoria en el País Vasco», considerando «necesario impulsar un relato fidedigno a lo ocurrido en Euskadi; que no es otra cosa sino el intento de una organización totalitaria de imponer su proyecto excluyente a la sociedad vasca y española a través de la violencia».
«ETA amenazó y asesinó a miles de personas coartando la libertad de la sociedad. Los socialistas nos comprometemos a reivindicar y poner en valor la labor de miles y miles de compañeros socialistas resistentes que plantaron cara al terror, muchas veces en soledad y sin la comprensión ni el apoyo de la sociedad o las instituciones públicas. En ese sentido, todas las víctimas del terrorismo deben ser vistas como ejemplo de dignidad por representar el valor de la entereza ante el daño injusto de la violencia terrorista, y merecen nuestra comprensión y cariño», proseguían en su clara alusión a la violencia etarra. También proponían entonces una «declaración solemne» en el Congreso de los Diputados de «reconocimiento global a su memoria, así como a la labor de sus familiares y descendientes» e «impulsar iniciativas de convivencia entre diferentes tras más de medio siglo de violencia etarra».
Ahora, sin embargo, todas esas alusiones han sido fulminadas del ideario del PSOE. En el nuevo texto no figura más que una alusión genérica a las «víctimas del terrorismo» -sin mención alguna a ETA- que ni siquiera tienen un peso específico en la ponencia, como sí ocurre con las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, a las que dedican hasta cinco páginas. «El PSOE sitúa a las víctimas de la Guerra de 1936-1939 y la Dictadura franquista en el centro de la acción pública», se puede leer en el texto.
Los socialistas se limitan a señalar, como única medida, el «refuerzo de la construcción de la memoria pública en materia de víctimas del terrorismo», que incluyen dentro de un párrafo sobre «convivencia democrática» y «seguridad ciudadana» junto a otras tan diversas como los «planes de convivencia en centros escolares», la modernización del sistema penitenciario, el «reto demográfico» o la recuperación de agentes de Tráfico. Las alusiones al terrorismo se limitan al de corte yihadista y al «extremismo violento».
En su lugar, la ponencia dedica varios párrafos a la «memoria democrática», en referencia a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, y también a atacar a la «ultraderecha», citando expresamente a Vox, al que acusan de «disolver la democracia eliminando los espacios de encuentro entre españoles e inoculando una retórica de odio y confrontación».
El PSOE critica además «los procesos de estereotipación que sufren algunos colectivos en relación con fenómenos como el terrorista» y señala que «la radicalización que puede derivar en acciones violentas está presente tanto en colectivos islamistas radicales yihadistas como de grupos de ultraderecha».